Cuando los besos no son de nadie; cuando la altura es producto ficcional y estético… y sientes mareo;
Cuando todo se viene en pequeñas volteretas de recuerdos inundados de tristeza;
Cuando el viento sopla tan fuerte que te lleva por rincones inesperados;
Cuando la vida es vida… y duele, y se escapa, y vuelve con tal necedad que el dolor es un parto vengativo;
Cuando las voces gritan por tu dignidad, tu cordura, tu razón de ser y tu flaqueza arbitraria;
Cuando las sensaciones las derrota tus ideas extrañas y ajenas;
Cuando las melodías te cuentan historias de amores gastados, sueños intentados y duelos manchados de tiempo y angustia;
Cuando todo se parece y se desvanece;
Cuando la saliva se cuela en los vastos campos de la palabra…y nace, y se moja de discurso;
Cuando te caes, te inclinas y tus rodillas no arden en el fuego sino en una capa delgada de orgullo;
Cuando las noches se escurren en la ventana mientras limpian ese pensamiento íntimamente elaborado y vulgar;
Cuando los objetos se llenan de sentido, historias y polvo maltratado por el recuerdo;
Cuando por alguna extraña razón quieres gritar, y golpear, y dibujar, y llorar, y suspirar, y amar, y soñar, y olvidar, y renacer, y dejar, y perder, y retroceder, y cantar, y negar, y merecer, y violentar, y enloquecer, y permitir, y producir, y callar, y escribir, y padecer, y volver, y pensar, y prometer, y quedarte sin esas ganas de entender;
Cuando la verdad empieza a provocar delirios y cautiverios;
Cuando te sometes a la incompetencia y la falta de tiempo te hace insistir en la finitud;
Cuando fundes miles de silencios para convertirlos en palabras redundantes;
Cuando buscas títulos que sepan guiarte en la vaguedad;
Cuando te inclinas en los lados más incisivos de tu voluntad;
Cuando te aburres y te vuelves a aburrir y… la vida sigue ahí;
Cuando no encuentras más que sentarte y silenciar el mundo ahí afuera;
Cuando no hay más que creer y predecir… cuando no queda nada más que empezar.
Cuando todo se viene en pequeñas volteretas de recuerdos inundados de tristeza;
Cuando el viento sopla tan fuerte que te lleva por rincones inesperados;
Cuando la vida es vida… y duele, y se escapa, y vuelve con tal necedad que el dolor es un parto vengativo;
Cuando las voces gritan por tu dignidad, tu cordura, tu razón de ser y tu flaqueza arbitraria;
Cuando las sensaciones las derrota tus ideas extrañas y ajenas;
Cuando las melodías te cuentan historias de amores gastados, sueños intentados y duelos manchados de tiempo y angustia;
Cuando todo se parece y se desvanece;
Cuando la saliva se cuela en los vastos campos de la palabra…y nace, y se moja de discurso;
Cuando te caes, te inclinas y tus rodillas no arden en el fuego sino en una capa delgada de orgullo;
Cuando las noches se escurren en la ventana mientras limpian ese pensamiento íntimamente elaborado y vulgar;
Cuando los objetos se llenan de sentido, historias y polvo maltratado por el recuerdo;
Cuando por alguna extraña razón quieres gritar, y golpear, y dibujar, y llorar, y suspirar, y amar, y soñar, y olvidar, y renacer, y dejar, y perder, y retroceder, y cantar, y negar, y merecer, y violentar, y enloquecer, y permitir, y producir, y callar, y escribir, y padecer, y volver, y pensar, y prometer, y quedarte sin esas ganas de entender;
Cuando la verdad empieza a provocar delirios y cautiverios;
Cuando te sometes a la incompetencia y la falta de tiempo te hace insistir en la finitud;
Cuando fundes miles de silencios para convertirlos en palabras redundantes;
Cuando buscas títulos que sepan guiarte en la vaguedad;
Cuando te inclinas en los lados más incisivos de tu voluntad;
Cuando te aburres y te vuelves a aburrir y… la vida sigue ahí;
Cuando no encuentras más que sentarte y silenciar el mundo ahí afuera;
Cuando no hay más que creer y predecir… cuando no queda nada más que empezar.
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