Mis ojos franquean los pasos de los transeúntes
en dirección opuesta a sus sueños.
La brisa suaviza el peso de los días por venir.
¿Quién llegará en esta angustia
a revolver los recuerdos?
¿Quién destruirá los cimientos
de esta lenta caída?
A veces soy tránsito.
Piso las calles precipitada,
mis manos en los bolsillos graban el vacío,
con las yemas busco escapar de mí.
¿Quién en su plena voluntad
me entregará su hastío?
¿Quién cortará su lengua
para vivir un silencio cómplice?
Los carros retan la luz amarilla,
¿Quién en su plena voluntad
me entregará su hastío?
¿Quién cortará su lengua
para vivir un silencio cómplice?
Los carros retan la luz amarilla,
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