Ya me cansé
de ti,
de
escribir,
del
esquema,
de leer
cada circunstancia como potencial verso,
de tu
ausencia,
de tu
falta de quejas,
de
sentirme poeta,
de que en
cada lugar aparezcas
sin nombre, sin historia, sin anhelos.
Duplicado.
Ya me cansé
de los
supermercados,
de tus
canciones,
de las ideas
suicidas,
de los
correos no deseados,
de los
que buscan y no encuentran,
de los
que encuentran sin buscar,
de lo que
no se dice;
y de que me
enoje
tu nombre, tu historia.
Tu doblez de fin de semana.
Me cansé como estrategia,
para que la
rabia sea afilada
y la literatura trinchera.
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