Las cosas del mundo


En el tarro de galletas, mi madre guarda una bolsa con botones que unen décadas, un cojín acribillado por alfileres inocentes, retazos solitarios estampados con patrones complementarios, un metro para cotejar el cansancio de sus días, y entre esas cosas, a veces se le refunde el hilo con el que remienda mis pantalones en la entrepierna. Ella, infatigable, obra con sus manos lo que las mías no alcanzan.





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