Precaria




Recibió un tiro en la sien,
el error impreso en sus pupilas,
la cabeza, leve, húmeda, desintegrada,
soltó los pensamientos al viento.
Lo vi a través de la ventana,
dos, tres veces en las calles,
habitando distintos buses,
respirando el mismo aire.

¿Cómo ver un cuerpo sin hundirse
en la inevitable pregunta del cuándo?
¿Cuándo seré yo ese bulto
que yace con la apariencia
del que olvida la hora de irse?

Mis párpados se esfuerzan por abrir el lente
y captar la escena en colores,
brillos tibios como torrente,
la piel arropa el asfalto.

Hoy no fui yo,
fue ese que no vio el destino,
entonces siento la vida con sus golpes de suerte
y veo el reflejo de Dios en la ventana.


Comentarios