Teoría del conflicto


Soy este fuego cruzado que deseo que habites,
esta tierra baldía, este horizonte hecho de balas, este paisaje agujereado, este campo de batalla que tus ojos observan en lo ancho y lo profundo.

En esta contienda de bandos internos, deseo que te descalces, te quites las penas que llevas como abrigo, te despojes de las memorias bajo el cielo de fuego y —libre de tu historia— me liberes de la mía propia.

Deseo que con tu escritura borres mis oraciones desde la mayúscula inicial hasta el punto seguido que abotona mi falda.

En este campo de batalla que limita con mi vientre, mis caderas, mis piernas —que lento avanzan— y mis senos —cubiertos de vergüenza— deseo que encuentres un rincón donde no te alcancen los dardos, los proyectiles, los disparos que producen mis afectos averiados.

Y cuando cruces este campo de batalla que soy en las horas de angustia, en los días de sol latinoamericano —en el tiroteo— en las noches de sombras montañosas, pide:

que esta intensidad que me incendia no te ahuyente,

que la tregua apacigüe tus ganas de huir,

que mi ataque no dé de baja ese malquerer que descargas en este campo de batalla —que quiere quererte y no puede.





Comentarios

Rafael ha dicho que…
Maravilloso Katherine ⚘️✒️
Katherine Parrado Morales ha dicho que…
Nunca había visto este poema con el erotismo con que otros ojos lo leen. Pero así es la poesía, ya no es mía, es de quien la lee. ¡Gracias por pasar por aquí!