Autopsia

Innocent eye, innocent heart

No, it's not wrong, but it's not right

Ode to the Mets - The Strokes

Los títulos me evocan otros textos que no son los que termino escribiendo. Cuando abro los ojos, no recuerdo lo que acabo de soñar, pero llega la fresca sensación de haber obrado bien la noche anterior. El frío de la sábana me acaricia, no quiero, me desespera; son días inmediatos y sutilmente lentos en marcar las horas. Ocurren todas las cosas entre las 8 y 10 am., después es pura carrera contra el olvido, la desidia o contra mí misma.

Las primeras líneas de lo que escribo tienen tu ausencia, y evito tocarla para no volver un cliché esta misiva.

Soy palabras, soy afán por decirlo todo, por vomitar todas esas imágenes que se interponen entre mi yo-espectador y mi obligación frente al mundo. Soy canciones en loop sin salir jamás del algoritmo; soy Instagram en menos de quince minutos; soy YouTube con comerciales; soy Facebook para perdedores; soy la que se rehúsa a entrar a TikTok; soy el teléfono sin actualizaciones; soy el portátil de hace once años; soy la de los audífonos gastados; soy la que le aterra Photoshop y honra el dibujo a mano. Soy la tonta que aún cree en lo análogo; me desconcierta estar tan lejos del amor.

Los papeles sueltos son la promesa de un lugar mejor, las horas de la tarde me funcionan para no perderme, los dueños del mundo me permiten entender las miserias. Los cielos me revelan mapas de recuerdos ajenos. Me muevo con la inercia de los cuerpos, me despierto escuchando mi propio vacío. Me encuentro inhabitada, me despido cientos de veces del café que jamás me calienta el alma.

Los días son gotas de destierro que humedecen mis venas áridas. Los colores se pierden en los párpados cansados, las canciones arrullan las conversaciones que nunca he tenido. Soy la que inclina la cabeza para recibir la bendición, soy la que desea imposibles, soy la que impide sus propios pasos, soy la que se niega, soy la que vuelve invariablemente a la flagelación, soy la que tiembla con las visiones de un abrazo tierno. 

Soy resignación.

Los finales me cuestan y los adioses me muestran lo que no soy capaz de contar.