Dibujo oraciones desde mi nudo hasta los oídos necios.
Hablo con mi lengua muerta;
mis papilas cuecen palabras fúnebres.
Adiestro mis dientes, mi molicie,
para destrozar mi historia de abandono.
Los pasos que evito son los que la memoria define primero.
Mis labios humedecen mis ganas de morir,
mi propia marcha, mis ojos blindados.
Invoco silencios estelares en horas de tregua.
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