Me he vuelto adicta
A los recuerdos que destruyen mi pasado,
A los ahora que oscurecen el futuro.
Ya no quedan besos pendientes,
Se ha caído el cuadro de la cuarta pared.
Las hojas amarillas permanecen limpias,
Mi mano olvidó cómo trazar lamentos.
Me he vuelto adicta
A preguntar por las horas que se esfuman.
A los recuerdos que destruyen mi pasado,
A los ahora que oscurecen el futuro.
Ya no quedan besos pendientes,
Se ha caído el cuadro de la cuarta pared.
Las hojas amarillas permanecen limpias,
Mi mano olvidó cómo trazar lamentos.
Me he vuelto adicta
A preguntar por las horas que se esfuman.
A los que se han ido con los días.
Mis vísceras ya no recuerdan su nombre,
Se acostumbraron a revelar vacíos entre comidas.
Los recuerdos imitan las cartas que no le entregué,
El futuro pinta de azul mis anhelos.
Me he vuelto adicta
A repasar las oraciones inexorables,
Que debí ignorar para no confesar
Las ganas de cantarle al amor.
Las ganas de besarle los pies.
Las ganas de aferrarme a su cuello.
Las ganas de acariciar su angustia.
Me he vuelto adicta
al delirio
Y eso no evidencia lo que mi garganta esconde
En las mañanas
Cuando quiero saludarle desde mi ventana
Y él es solo un punto en el que habitan
Mi lengua muda
Y su silencio afilado.
Mis vísceras ya no recuerdan su nombre,
Se acostumbraron a revelar vacíos entre comidas.
Los recuerdos imitan las cartas que no le entregué,
El futuro pinta de azul mis anhelos.
Me he vuelto adicta
A repasar las oraciones inexorables,
Que debí ignorar para no confesar
Las ganas de cantarle al amor.
Las ganas de besarle los pies.
Las ganas de aferrarme a su cuello.
Las ganas de acariciar su angustia.
Me he vuelto adicta
al delirio
Y eso no evidencia lo que mi garganta esconde
En las mañanas
Cuando quiero saludarle desde mi ventana
Y él es solo un punto en el que habitan
Mi lengua muda
Y su silencio afilado.
Tomada por Daniel Jimenez
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